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lunes, 10 de diciembre de 2012

CAPITULO 5; DESCONTROL

Nunca antes había llegado a sentir semejante alivio y adrenalina comparando con el momento de morder el tentador cuello de aquel señor. Mientras el coche sobre el que estaba arrancando el alma a un pobre inocente se estrellaba y sentía el miedo a la muerte de la persona que lo conducía, mi sensación de libertad aumentaba a limites inexplicables. Ni siquiera era consciente de que acaba de cometer un crimen, hasta que observe como un grupo de policías me apuntaba con sus armas protegiéndose detrás de sus coches. Trataban de mantener la calma, pero yo era capaz de ver el interior de cada uno de los presentes y sentir su incontrolable terror.

Fue todo muy rápido, pero recuerdo claramente como mi garganta volvió a arder de tal manera que aquella fuerza fue capaz de apoderarse de mí, provocando subiera a la azotea de un edificio mediante un simple salto y continuase corriendo sin apenas tener tiempo para respirar y reflexionar sobre la enorme gravedad de aquella situación. Mis oídos escuchaban cualquier insignificante sonido y esto me permitía medir la distancia que me separaba del grupo de policías. Era igual de rápida que el viento, ni siquiera me daba tiempo de pensar en la gran cantidad de edificios que había recorrido en un tiempo muy limitado, pero sin duda, lo más divertido era percibir el triste final que les esperaba a cada uno de ellos. Todo eso era un simple juego para mí, con final trágico.

Decidí acabar con aquella escena en el primer callejón que encontré y fue realmente fácil saltar hasta el suelo sin sentir el más mínimo dolor, mi fuego interno estaba a punto de acabar. Los 6 policías aparecieron desde lados opósitos de los callejones, tal como lo había planeado, pero no estaban solos, cada uno de ellos llevaba a su lado una niña pequeña, con los ojos llenos de lágrimas, trataban de acabar con mi furia. Uno de los policías, llamado Mario, era un íntimo amigo de mi padre,  y se dirigió a mí con la mirada firme:

- En que te has convertido Sofía? Matar no va hacer que los problemas desaparezcan, estas comportándote como una maldita loca y yo sé que no eres así, esto no vengara la muerte de tu hermana- dijo con un tono realmente serio.
- De verdad me estas preguntando en lo que me he convertido Mario? Podrías responder tu mismo a esa pregunta, tu simple tono de voz te delata, en estos momentos, soy tu mayor terror- grité sin apartar la mirada de ninguno de los policías y sentiendo más y más ganas de acabar con él, cuando nombró a mi hermana.
-Si intentas hacernos daño, estas pobres niñas pagaran las consecuencias, no lo dudaremos en ningún momento- gritó Mario, tratando de convencerme.

Aquella conversación fue en vano, mediante mi agilidad ataque a uno de los policías, empujándolo de tal manera que se quedó inconsciente, acto seguido sonaron los disparos, creándome una gran alteración por mucho que pudiera ver las balas lentamente acercándose. Sin pensarlo dos veces, desaparecí de aquel lugar, todavía no era capaz de saber si mi cabeza sería capaz de aguantar un disparo.  Se me hizó imposible quitarme el sentimiento de  sangre de la cabeza, era algo tan superior y incontrolable. Al llegar a casa de Vanesa con un fuego interno increíble, sus palabras fueron claras:
-TODO EL PUEBLO HA VISTO COMO BEBÍAS HASTA LA ÚLTIMA GOTA DE SANGRE DE UN INOCENTE-susurro con una voz que me creó un escalofrío infinito.



                

2 comentarios:

  1. Vaya la descubrieron. ¿Podrá guardar el secreto por mucho tiempo? Se le va a ser difícil sobre todo si clama por venganza como le ha pasado con los policías. Un beso grande, muy buen capi.

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  2. Muchas gracias por el comentario Lourdes :) ella en estos momentos se siente perdida, lo unico que desea es acabar con su ardor de garganta y esto la lleva a matar a aquel señor y aquellos policias. La han descubierto pero esto no quedara de esta manera. Un gran beso :)

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